viernes, 1 de noviembre de 2013

EL CLIMA Y LA ECOLOGÍA EN LA VARIACIÓN DE LA CRIMINALIDAD

TEMA Nº 8   
EL CLIMA PUEDE AUMENTAR LOS DELITOS
          Andreas Lohmeyer que dirige el departamento de lucha contra el crimen en la Policía de Hamburgo. Trata de descubrir cómo el clima afecta a ciertos delitos.
Su idea no es nueva, desde el medievo la Ley de los Frisios había establecido una penalización dependiente del estado del tiempo: “Unas ciertas condiciones climáticas aumentan las posibilidades de ciertos delitos”.
También el filósofo francés Barón de Montesquieu propuso en 1748 que las leyes debían guiarse por el clima, porque las condiciones atmosféricas tenían efectos diversos sobre las personas. Especialmente el viento del este, escribía Montesquieu, tenía consecuencias fatales: llevó a muchos ingleses al suicidio.
Voltair incluso mencionó el tiempo como causa de la caída de dos gobernantes ingleses: Karl I no hubiera sido decapitado ni Jakob II hubiera sido depuesto de no ser por los “devastadores efectos” del viento del este.
A finales del siglo XIX, el profesor italiano Cesare Lombroso comparaba las revoluciones y disturbios que se dieron entre 1791 y 1880, y dedujo de ello un “claro máximo veraniego”. El psiquiatra forense alemán Gustav Aschaffenburg calculó en 1913 que en el mes de junio “se producen muchos actos lascivos, y en julio delitos sexuales de todo tipo”.
          Hoy en día, el reporte meteorológico se tiene en cuenta en el trabajo de la policía. Los reglamentos del servicio requieren incluso que el clima se considere en las evaluaciones policíacas. También las escenas del crimen cambian sustancialmente según la influencia del tiempo. ¿Pero se pueden extraer conclusiones definitivas sobre si el criminal estuvo influenciado por las condiciones atmosféricas?
          Lohmeyer ha cotrastado innumerables datos meteorológicos con estadísticas criminales. Tiene a su disposición doscientas variables atmosféricas, distribuidas en base a la hora, para cada día de los últimos veinte años. “Esto supone fácilmente unos 36 millones de datos, más 175,000 documentos de las estadísticas criminales de la policía”, explica el criminólogo.
          Algunos tipos de delitos son más susceptibles a las condiciones meteorológicas que otros. Por ejemplo, delitos de robo, fraude y drogas no están especialmente influenciados por el tiempo. En cambio, los actos de brutalidad con agresiones personales aumentan con el calor, dice Andreas Lohmeyer. Según él, se puede calcular de forma más o menos exacta, aunque es sólo una estadística. “Por cada aumento de un grado Celsius sube el número de delitos en un 0,7 por día”.
          Teniendo en cuenta el día de la semana y la cantidad de horas de luz solar, se puede calcular que en un domingo caluroso de agosto pueden darse hasta 82 actos de brutalidad. En un martes gris y frío de marzo, el número desciende a 51. Una significativa diferencia.
          También los delitos sexuales aumentan en frecuencia en días calurosos. El dicho de que “cuando hace calor, es más peligroso para las damas” no es nuevo, pero ahora está confirmado científicamente.
LA CRIMINALIDAD EN RELACIÓN Al, TIEMPO.
Los delitos que cometen al aire libre son favorecidos por un tiempo caluroso; por ej.: hurtos de carteras y peleas en fiestas populares, actos exhibicionistas, etc.
Las estaciones, la semana, el día y la noche.
          Las estaciones.- Operan sobre la criminalidad a través de alteraciones sociales,  por ejemplo, en el invierno la necesidad de vestidos y alimentos mejores se presentan en momentos en que muchas actividades económicas declinan, (ej. Venta callejera, helados, refrescos, piscinas etc.), lo que puede llegar a la comisión de delitos contra la propiedad.
Es cierto que los delitos contra la propiedad aumentan en invierno, y los delitos violentos y contra las personas alcanzan su ápice en el verano, en los periodos de mayor calor. Los delitos sexuales experimentan sus alzas máximas y mínimas en el límite entre la primavera y el verano.
          La Semana.- La delincuencia aumenta los sábados y domingos y, en ciertos países incluso el lunes, en nuestro país, costumbre de varios gremios, seguir la farra. Una explicación es que el organismo se halla agotado, cargado de toxinas, más propicio a la irritabilidad, en días en los frenos inhibitorios se relajan; hay más actividades sociales (bodas, cumpleaños, paseos etc.) son mayores y más frecuentes, reuniones donde hay más oportunidad para los delitos violentos, sobre todo por consumo de más alcohol, droga etc.
          Día y la noche.- Hay delitos que suponen el contacto social, la actividad laboral plena, como sucede con la estafa, las defraudaciones al físico, o sea de día.
La mayor parte de los delitos de muerte, robos, violación de domicilios, etc., se dan durante la noche.
Criminalidad urbana y rural.
Hay más criminalidad urbana y que rural, los delitos graves más o menos igual en ambas áreas y más variedad de delitos en las ciudades.
Más delitos de fraudes, estafas, fabricación y expendio de estupefacientes, etc. en la ciudad. En cambio hay delitos típicamente rurales, como el abigeato.
La delincuencia urbana es de tipo predominantemente fraudulenta, mientras la rural predominantemente violento.
Las causas que pueden explicar la mayor criminalidad urbana, son que en la ciudad ha destruido o relajado los vínculos familiares y vecinales, que en el campo aún se mantiene; en la ciudad más movilidad, más cercanía para imitar las conductas criminales, más posibilidades de profesionalizar el delito, la ciudad es fértil en roces sociales y ofrece mayor tentación por la esperanza de la ocultación y del anonimato, aumentan las necesidades, con la posibilidad de no ser satisfechas, las bandas infantiles y juveniles son fenómenos urbanos
Las áreas de delincuencia
          En los barrios se forman bandas,  juveniles; no solo por la pobreza, por lo poco atractivo, sino de la carencia de lugares de recreo, donde niños y adolescentes pudieran dar salida normal a sus energías.
También la poca vigilancia de los padres, pues es frecuente que ambos se vean obligados a trabajar y dejen a sus hijos poco menos que abandonados.
Habitación y movilidad
          La influencia que la habitación ejerce sobre la criminalidad, se presenta por ejemplo, cuando la habitación carece de sol y luz, aire y comodidades, por causa de pobreza, los niños y adultos no suelen considerarlas como verdadero hogar, no les parece atractiva, para pasar la mayor parte del tiempo, cuando salen de la escuela y del trabajo, por eso buscan la calle: los adultos prefieren la taberna o amigos y dejan de ejercer próxima vigilancia sobre los niños.
Los niños, jóvenes,  prefieren la calle, la banda, las aventuras a un hogar que casi los expele de sí por sus condiciones. Al mismo tiempo hay que anotar que la habitación estrecha conduce a la promiscuidad, fuente de malos ejemplos y hasta de delitos, sobre todo sexuales.
          En cuanto a la movilidad, puede decirse que cuanto mayor es, más delitos provoca, la movilidad se refiere a las personas que cambian realmente de residencia.

El incremento de criminalidad puede explicarse por la movilidad personal y familiar; implica la carencia de un centro fijo con la insuficiente inestabilidad personal y familiar, los inmigrantes deben buscar en cada lugar al que lleguen un nuevo ajuste cultural, el que se logra después de roces muy variados, si la migración tiene causas económicas, los recién llegados son vistos con malos ojos por los trabajadores establecidos, pues traen consigo la competencia. Las dificultades de adaptación se acrecientan cuando entre los grupos establecidos y los inmigrantes existen grandes diferencias de idiomas, nacionalidad, costumbre, etc.

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