martes, 29 de octubre de 2013

¡¡MUCHA SUERTE!!


BANCO PREGUNTAS "LEY MARCELO QUIROGA SC."


  1. ¿Cuál es el objeto de la Ley  Marcelo Quiroga Santa Cruz?
  2. ¿Qué es corrupción, en la citada Ley?
  3. ¿Cuál su Finalidad? 
  4. Enumere los Principios de la Ley MQSC.
  5. Desarrolle 3 de esos Principios
  6. ¿A quiénes se aplica  esta Ley?
  7. ¿Qué Instituciones integran el  Consejo Nal. De Lucha contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito y Ganancias Ilícitas?
  8. ¿Qué clase de tribunales y juzgados serán creados por esta Ley?
  9. ¿Qué es el Control Social, cuál su papel en la lucha contra la corrupción?
  10. ¿Qué clase de fiscales y policías, se crearán en cada departamento de Bolivia?
  11. ¿Quiénes dirigen funcionalmente a los policías especializados?
  12. ¿A quiénes se les evaluara permanentemente?
  13. ¿Quién tiene la obligación de constituirse en parte querellante?
  14. ¿De qué,  y a quienes se les brindará protección, en investigaciones de delitos de corrupción?
  15. ¿Quiénes prestarán dicha protección?
  16. Atribuciones de la Unidad de Investigaciones Financieras.
  17. ¿A requerimiento de la  MTILCC, Procuraduría y Fiscalía, que realizará la Unidad de Investigación Financiera?
  18. ¿Qué pasa con el secreto bancario en investigaciones de delitos de corrupción?
  19. ¿Quiénes tienen el deber de informar de sus actividades a la UFI?
  20. Señale los nuevos tipos penales creados por la Ley MQSC.
  21. Desarrolle dos de los nuevos tipos penales, cualquiera.
  22. Legitimación de Ganancias Ilícitas.
  23. ¿Qué beneficio tendrán los instigadores, cómplices o encubridores, que voluntariamente  denuncie o colaboren, en investigaciones de delitos de corrupción?
  24. ¿En delitos de corrupción, hay o no hay prescriptibilidad por estas acciones?
  25. ¿ Los delitos  de corrupción, son irretroactivos?
  26. ¿Qué se busca, prosiguiendo los juicios en rebeldía en delitos de corrupción?
  27. Recuperación de Bienes del Estado
  28. ¿Procede el Perdón Judicial en delitos de corrupción?
  29. ¿Procede la Suspensión Condicional de la Pena en delitos de corrupción?
  30.  ¿En los delitos de corrupción, que bien jurídico se protege?
  31. ¿Quiénes pueden cometer delitos  contra el patrimonio del Estado?
  32. ¿Quién es el sujeto pasivo en estos delitos?
  33. ¿Quién es un empleado público?
  34. "Palos Blancos", ¿qué es?
  35. ¿En qué consiste el "Lavado de Dinero?
NOTA: Respondan las preguntas y estudien, 2do. Parcial miércoles 6 de noviembre

jueves, 24 de octubre de 2013

 DESIDERATA

Camina plácido entre el ruido y la prisa y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante,
 también ellos tienen su propia historia.

Esquiva a las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para el espíritu.

Si te comparas con los demás, te volverás
vano y amargado, pues siempre habrá personas
más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera
por humilde que sea, ella es un verdadero tesoro
 en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios
pues el mundo está lleno de engaños,
mas no dejes que esto te vuelva ciego
para la virtud que existe.

Hay muchas personas que se esfuerzan
por alcanzar nobles ideales.
La vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo,
en especial no finjas el afecto.
Y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años
abandonando con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu, para que te proteja

en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo.
No menos que las plantas y las estrellas,
tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios
cualquiera que sea tu idea de El.
Y sean cualesquiera tus trabajos
 y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma
en la bulliciosa confusión de la vida.

Aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos,

el mundo es todavía hermoso.

Sé cauto, ¡esfuérzate por ser feliz!

Economía

Mitad de la población boliviana, en transición a la clase media Causa. El BM asegura que es por el crecimiento económico y las políticas sociales

Info pobreza en Latinoamérica.

Info pobreza en Latinoamérica.
La Razón / Willy Chipana / La Paz
02:38 / 24 de octubre de 2013
El Banco Mundial (BM) señala que al menos el 50% (5.013.627) de la población boliviana se encuentra entre la clase pobre y la clase media. Este hecho se explica por el aumento de los ingresos de la gente, por el crecimiento económico y por la aplicación de políticas sociales.
Así lo manifestó el jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, en la presentación del informe titulado “La Movilidad Económica y el Crecimiento de la Clase Media en América Latina”.
“En Bolivia, más o menos el 50% de la población experimentó movilidad ascendente, pero en el país la mayor parte de la movilidad fue de la pobreza a la clase vulnerable, mientras que en otros países fue de la clase vulnerable a la clase media”, indicó.
La población boliviana, según el último censo, es de 10.027.254 habitantes, y el 50% señalado por De la Torre representaría 5.013.627 que están en situación de vulnerabilidad social.
El ejecutivo del Banco Mundial dijo que la salida de la pobreza de una buena parte de la población boliviana se debe al crecimiento económico y a las políticas de transferencias condicionadas de dinero a los pobres. Mientras, el representante del organismo internacional en Bolivia, Faris Hadad Zervos, recomendó al Ejecutivo “sacarle el jugo” al auge económico registrado en los últimos años para garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo.
“Las familias que (antes) eran pobres y tenían necesidad de recursos para comprar cosas básicas, bienes y servicios, ahora sienten que tienen más poder adquisitivo. No es que estén tremendamente bien, pero ya no están tan pobres como antes y en muchos casos salieron de la pobreza”, remarcó Augusto de la Torre.    
Programas. El 23 de julio, el vicepresidente Álvaro García apuntó que la pobreza moderada se redujo del 63% en 2001 al 43% en 2012. En tanto, la extrema pobreza bajó de 38,9% en 2001 a 21,6% en 2012. Estimó que este año el índice seguirá descendiendo.
La economista senior de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Adriana Arreaza, agregó que los programas sociales que impulsa el Gobierno han tenido un impacto muy importante  porque han logrado “subirle el piso a los pobres”. “Eso no necesariamente quiere decir que pasen de la clase pobre a la clase media, pero sí que superen la línea de pobreza”.
El reporte del Banco Mundial da cuenta en los últimos diez años (2000 y 2010) la clase media se incrementó en al menos 40%. Además, agrega que América Latina ha emprendido el camino para convertirse en “una región de clase media”, aunque se reconoce que aún queda mucho por hacer.
Sondeo en urbe alteña
Augusto de la Torre recordó ayer que en un sondeo realizado en la ciudad de El Alto, el 70% de las personas se identificó como clase media.
Evia: Dinero del gas sacó de la pobreza a la gente
Los recursos que se obtienen por la venta de gas natural a los mercados de Brasil y Argentina, y que fueron distribuidos en bonos, causó que mucha gente salga de la pobreza, sostuvo el analista económico José Luis Evia.
Sugirió al Gobierno aplicar políticas públicas destinadas a lograr que la población salga de la pobreza y así tenga la capacidad de generar sus propios recursos. La medida permitirá que este grupo social pueda afrontar una eventual caída en los ingresos que recibe por la entrega de bonos.
“Los recursos obtenidos por el aumento de las exportaciones de gas natural al Brasil y a la Argentina, que son distribuidos en bonos, alivió la pobreza. Pero la pregunta es por cuánto tiempo durará si la gente no genera sus propios recursos”, dijo el economista.  José Luis Evia aseguró que siempre existirá el peligro de que la pobreza se incremente si caen las exportaciones del energético.  
El país tendrá créditos baratos por 5 años más
Bolivia podrá seguir accediendo a créditos concesionales del Banco Mundial (BM) por dos o cinco años más, señaló el representante de dicho organismo en Bolivia, Faris Hadad Zervos. Después del quinto año, que se cumple en 2018, el país sólo podrá acceder a préstamos comerciales.
“Bolivia va a seguir teniendo acceso a préstamos concesionales por los próximos dos a cinco años. También el país ha tenido un buen desempeño económico a nivel de ingresos por lo cual tiene acceso a otro tipo de recursos del Banco Mundial que no son concesionales, pero siguen siendo muy baratos”, afirmó  Hadad Zervos. El martes, La Razón informó que el Ejecutivo negocia créditos comerciales con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), que es el brazo financiero del BM, debido a que el país dejó de beneficiarse de recursos concesionales. Este hecho se debe a que el organismo financiero internacional considera que Bolivia es un país de ingresos medios y a que dejó de ser pobre.
El representante del BM explicó que el Gobierno  boliviano negocia con dicho organismo financiero un préstamo de $us 400 millones a $us 500 millones que incluye una línea del BIRF y concesionales. Hadad Zervos dijo que después del quinto año, el país sólo podrá acceder a créditos comerciales. En la actualidad, los préstamos concesionales que fueron otorgados por el Banco Mundial al país alcanzan a unos  $us 470 millones para 13 proyectos, estimó.
El lunes, el exministro de Desarrollo Económico Horst Grebe López sostuvo que los créditos concesionales son a bajas tasas de interés, plazos largos y están condicionados a la realización de determinadas tareas, mientras que los préstamos comerciales son todo lo contrario.

La tragedia del niño que murió por tener un arma de juguete Redacción BBC Mundo Jueves, 24 de octubre de 2013

Antes de que la policía lo matara a tiros, el adolescente latino de 13 años caminaba por la calle portando una réplica de un rifle de asalto. Según las autoridades, un alguacil pensó que el arma era real y le disparó.
Los informes del Departamento del Sheriff del Condado de Sonoma, en el norte de California, indican que dos oficiales "reiteradamente le ordenaron que bajara el arma".
Y continúa: "Una vez que la escena de los hechos fue asegurada por los alguaciles, estos se dieron cuenta de que el rifle era una réplica de un arma de asalto. Cuando los alguaciles registraron al sujeto, encontraron una pistola de plástico en su cintura"."Los alguaciles dispararon repetidamente al sujeto, acertando varias veces", dice la declaración. "El individuo cayó al suelo sobre el rifle que portaba".
El incidente de la muerte de Andy López Cruz, en la ciudad de Santa Rosa, es el último de una serie de eventos ocurridos esta semana en Estados Unidos que involucaron el uso de armas entre adolescentes, aunque en estos casos se trató de armas reales.

Armas y niños


El lunes, un niño de 12 años mató a un maestro en un colegio secundario en el vecino estado de Nevada.
Según informó la policía, el maestro de 45 años, Michael Landsberry, trató de intervenir después de que el menor había herido a dos estudiantes con la misma arma que después usó para quitarse la vida.
El miércoles, otro adolescente fue acusado de asesinato en un caso también vinculado con un docente. En el estado de Massachussets la policía encontró el cuerpo de la maestra de matemáticas Colleen Ritzer, de 24 años, cerca de la escuela donde enseñaba.
Ese mismo día, los oficiales presentaron cargos de asesinato contra Philip Chism, de 14 años, un alumno de Ritzer.
"ero los hechos que involucraron a Andy López, son particularmente delicados en el estado de California, donde una serie de eventos similares ocurridos en Anaheim, al sur de Los Ángeles, provocaron una serie de protestas en 2012.Esa manifestaciones violentas ocurrieron después de que agentes mataran a dos hombres, uno de ellos desarmado, en dos días consecutivos.
Las protestas de 2012 dejaron agrias divisiones entre la policía y los residentes en esa región del sur de California.
Y ahora hay temores de que algo similar pueda pasar en el norte, particularmente en el condado de Sonoma, donde varios casos de tiroteos letales de la policía en los últimos años condujeron a pedidos para que se lleve a cabo una revisión civil del organismo.
Michael Landsberry
Michael Landsberry murió cuando un estudiante de 12 años le disparó.
En la propia Santa Rosa se informó que el miércoles hubo una protesta silenciosa frente al ayuntamiento de la ciudad, donde el padre del joven, Rodrigo López, le dijo a la prensa: "No está bien lo que hicieron a mi hijo".
Según el peródico local, The Press Democrat, en el barrio de clase trabajadora del suroeste de la ciudad en el que vive la familia López "hay un ambiente de incredulidad y enojo".
E informa que cientos de personas marcharon el miércoles hacia el lugar donde el niño fue abatido.
"Adolescentes marcharon con retratos del niño exclamando: '¡Queremos justicia!' y '¡Andy López! ¡Andy López!'".
El diario cita a una de las residentes del barrio predominantemente latino, Alma Flores, madre de tres niños: "No estoy segura de si en una situación de emergencia la policía realmente me ayudaría o pondría en riesgo la seguridad de mi comunidad".

Resistencia

Lo cierto es que la oficina del sheriff de inmediato reaccionó a los hechos.
Rifle de municiones
La policía mostró el rifle que llevaba Andy Lopez.
El alguacil Steve Freitas publicó una declaración este jueves en la que afirma que el incidente con el adolescente de 13 años fue "una tragedia en todos los niveles".
"Como padre de dos niños de esa misma edad no puedo ni imaginar el dolor de su familia", expresó.
"Mi esperanza es que podamos trabajar con la comunidad para ayudar a prevenir tragedias similares en el futuro".
Las autoridades dijeron que los oficiales involucrados en el incidente están en licencia administrativa, lo cual es procedimiento estándar, mientras el departamento de policía de Santa Rosa y otras agencias de orden público investigan el hecho.
La larga lista de incidentes letales en Estados Unidos este año llevaron a que el presidente Barack Obama renovara sus pedidos para cambiar las leyes de posesión de armas en el país.
Pero, tal como informa el corresponsal de la BBC en EE.UU. Alastair Leithead, en el estado de California las propuestas se han enfrentado hasta ahora con una feroz resistencia.

CORRUPCIÓN

$us 300 millones van a la corrupción
Quieren inculcar valores para evitar estos actos. Jueves,  24 de Octubre, 2013


Ref. Fotografia: Sobornos, es lo más típico entre los casos de corrupción.
En el Día Mundial contra la Corrupción y Violencia, la Fundación Paz y Esperanza Bolivia junto al Desafío Miqueas, revelaron que, solo en Bolivia, $us 300 millones son destinados a la corrupción, en todos los estratos del Estado. A nivel mundial son $us 1.000 millones. La fundación parte de la campaña en contra la corrupción denominada "Al Descubierto", que tiene como objetivo  luchar contra el mal que ha atacado al mundo entero, según declaraciones del presidente de la fundación, Juan Castillo. El presidente de la fundación considera que el único modo para que la corrupción se extinga en el mundo es inculcando en los hogares valores de integridad, moralidad y defensa de los bienes del Estado. Castillo señaló que la fundación realiza capacitaciones en provincias y la ciudad.
La sociedad permisiva y tolerante, causante. Según el analista Iván Arias, la cifra que lanza la fundación Paz y Esperanza, es totalmente alarmante, puesto que asegura que no solo es significativa, sino espeluznante.
Asegura que el único trabajo y acciones a tomar en este caso es analizar el tipo de educación que se le está impartiendo a los niños y adolescentes en el hogar. En segundo lugar, reformular las técnicas de estudio en las escuelas bolivianas.
El analista señaló que la sociedad boliviana es una sociedad muy permisiva, muy tolerante a coimear, al chanchullo, dijo que desde niños empiezan a corromperse con el típico "copie" en los exámenes.
Para el senador de oposición, Germán Antelo, la corrupción es uno de los males más grande de Sudamérica y muy especialmente de Bolivia. Indicó que las autoridades no han sabido controlar el mal, un mal endémico, que roba recursos públicos para enriquecer a unos cuantos, en desmedro de las necesidad es de la sociedad, salud, educación, alimentación, pide trabajar bajo patrones de transparencia y responsabilidad para los bolivianos.

domingo, 20 de octubre de 2013

Sicario autor de 200 muertes, hecho el pacifista

No entiendo cómo dejan a estos asesinos que den mensajes a la juventud, ¿con qué moral?, esta clase de sicarios nunca cambian, si lo sueltan en seguida vuelven a su maldita vida.

El mensaje pacifista de un asesino
Un sicario a sueldo del cártel de Juárez autor de 200 muertes, entre ellas la de la activista Marisela Escobedo, adopta un discurso de reconciliación
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El Wicked, en la cárcel de Chihuahua. / OCTAVIO ROMERO

Los presos de Chihuahua, una ciudad al norte de México, salen de vez en cuando al exterior para concienciar a los estudiantes locales de que no ingresen a las filas del crimen organizado. En cierta ocasión montaron un teatrillo en el centro. Las gradas estaban repletas de adolescentes. En primera fila colocaron a un alumno revoltoso –llamémosle Pedro- al que un preso le dejó una libreta antes de subir al escenario en el que representan la agonía de pasar un día encerrado.
En medio de la función, de repente, los guardas se abalanzaron sobre los internos y los redujeron. Habían descubierto que mientras actuaban también participaban como informantes en un secuestro. Un policía agarró el cuaderno de notas de las rodillas del estudiante y leyó en voz alta: “Pedro, el dinero del rescate está ahí fuera”. Inmediatamente detuvieron al niño por cómplice y lo llevaron a la parte trasera del escenario.
“Muchachos”, comenzó a decir por el micrófono un homicida convertido en testigo de Jehová, “por algo así pueden pasar el resto de tu vida entre rejas”. La farsa había asustado a los alumnos, sumidos en un silencio absoluto. Era todo parte del show. José Enrique Jiménez Zavala reía en una esquina con la pasión de un converso.
El Wicked (Ciudad Juárez, 1982) es el preso más conocido de los que participan en este programa. Está condenado a cadena perpetua –Chihuahua es el único Estado mexicano que la aplica- por el asesinato de 16 personas en el bar El Colorado y es el autor confeso de la muerte de la activista Marisela Escobedo. Las autoridades calculan que durante sus años como sicario a sueldo de un cártel participó en unas 200 ejecuciones. En las fotos que facilitó la policía tras su detención se le ve fondón, pasado de peso, pero esta mañana, 13 meses después, aparece con una figura fibrosa y atlética en el patio del módulo de máxima seguridad. Es el primer miembro que ha participado activamente en el engranaje criminal de la guerra contra el narcotráfico iniciada con el anterior expresidente Felipe Calderón –con un saldo de 70.000 muertos y 30.000 desaparecidos- que ha adoptado un discurso pacifista y de reconciliación. “Lo hago de corazón”, cuenta a EL PAÍS, “no puedo cambiar nada de lo que hice pero pido perdón a todos los que he matado, aunque ya estén muertos”.
 -¿Sería capaz de hablar con las familias de las víctimas?
 -Pienso que sí, si fuera petición de una familia. Siempre y cuando no sea para ofenderme. Si supiera que voy a hacerles sentir bien, ¿por qué no? Esto que estoy haciendo es una forma de disculparme. No gano nada, yo voy a estar encerrado para siempre.


 -Su mensaje va dirigido a los jóvenes. ¿Cómo intenta convencerlos?
-A los chavos se les hace cool andar en una troca con corridos, con muchachas... Ahora pega todo sobre series de cárteles. Yo les digo que si van por ese camino van a acabar muertos o en la cárcel. Hay que acabar con esa cultura de la violencia que tanto daño hace.
Pasa 23 horas al día en una celda. Vigilado por una cámara que apunta a su catre. Sus pertenencias se limitan a una Biblia, dos mantas y un cambio de ropa del uniforme gris que viste. La prisión en la que estamos pegó un cambio radical en dos años. Los internos antes estaban al mando. El director era un pelele. En las celdas había televisiones, armas y se recibía la visita de prostitutas. El Gobierno regional tomó el control del penal y aparentemente todo está en orden.
La vida de José Enrique siempre ha estado rodeada de circunstancias trágicas. Nació en Ciudad Juárez y se mudó cuando sus padres se separaron a El Paso, Texas, a solo dos millas por carretera pero a un país de distancia. Cuando tenía 10 años vio a su hermano de 16 mediar en una pelea entre su madre y un novio chicano. El adolescente, a mitad de la discusión, fue a la cocina, agarró un cuchillo y apuñaló hasta la muerte a ese hombre. Era la primera vez que Wicked veía morir a alguien.
A los 18 atracó a mano armada un supermercado. Un mes después fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Recluido en la prisión deFrench Robertson Unit, se unió a la pandilla de Los Aztecas. Su expediente carcelario estuvo repleto de sanciones por mala conducta. No se pudo beneficiar de ninguna reducción de pena por razones obvias. A los 23 fue deportado a Ciudad de Juárez, donde todo había empezado. Encontró trabajo como teleoperador de un banco estadounidense que había mandado sus oficinas al otro lado de la frontera para ahorrar en mano de obra pero se aburrió pronto. Dice que iba a discotecas, veía a chicos de su edad en la zona VIP, rodeados de mujeres y camareros que les encendían los cigarrillos. Le entró la prisa. Wicked (malvado en inglés) contactó con miembros de Los Aztecas en la ciudad mexicana y se puso a su disposición. Acababa de finalizar la breve carrera de un telefonista bilingüe y nacía la de un sicario.
El asesinato de Marisela Escobedo removió las entrañas de un país que durante un tiempo se acostumbró a ver por televisión a muertos colgados en puentes pero que reaccionaba con indignación a tragedias individuales. A la hija de Escobedo la asesinó en 2008 un novio, un tal Sergio Barraza Bocanegra, que después se dio a la fuga. La mujer lo buscó hasta encontrarlo y presentarlo ante la justicia. El chico confesó e incluso llevó a la policía hasta el vertedero donde había arrojado el cuerpo previamente calcinado. Antes de conocer la condena de parte de los jueces pidió perdón a Marisela por lo que había hecho. Minutos después, tres magistrados lo absolvieron por falta de pruebas. Se reabrió el juicio y se le condenó en ausencia a 50 años de prisión pero el muchacho ya había escapado. Se maneja la teoría de que pasó a engrosar las filas de Los Zetas, el grupo criminal más sanguinario de México y que murió durante un enfrentamiento con militares. En esas Escobedo se plantó frente al palacio de Gobierno de Chihuahua criticando la pasividad de las autoridades. “No me voy a esconder. Si me va a venir a asesinar, tendrá que venir a asesinarme aquí para vergüenza del Gobierno”, dijo. Así ocurrió una semana después.
-¿Quién le mandó matar a la señora Escobedo?
-No puedo decírselo. Está en juego mi seguridad.
-¿Usted la conocía, sabía de su lucha?
-Sí, la había visto por televisión. Era noble lo que hacía. Pero nunca pensé que iba a tener tanta repercusión que la matara. Me lo tomé como una muerte más.
 El Wicked dice ser el tipo que se acerca en mitad de la calle y corre tras ella hasta dispararle en la nuca. El video del asesinato dio la vuelta al mundo y los recuerdos del pistolero no siempre concuerdan con lo que se ve en la grabación:
-Llegué, apunté a Marisela y jalé el gatillo. Pero va y se me encasquilla. Nunca me había pasado, menos con una 9 milímetros glock. En lo que estoy cargando el arma, ella se levanta y echa a correr. Se me cae el cartucho y cuando voy a agarrar el cartucho el hermano me dice ‘pinche culo güey’ y me avienta una silla. En eso me la esquivo con la mano derecha, agarro con la izquierda y cuando Marisela ve que agarré el cargador echa a correr otra vez hacia el Palacio de Gobierno (no le dio tiempo a refugiarse). Corrí y le disparé. Para mí se me hacía fácil. Era lo que hacía a diario.
Jiménez Zavala dice que durante tres años no hizo otra cosa. Llegó a ganar 15.000 dólares semanales. “Yo tenía mi agenda, como usted la suya. Empecé vendiendo droga pero a poco fui creciendo y tuve mis propios muchachos. Tenía muchos gastos, en la guerra tienes que comprar armas, balas, carros. Actuábamos como una célula del cártel de Juárez y nos disputábamos la plaza (Chihuahua) con el de Sinaloa, el del Chapo Guzmán”. Sostiene que en la época de mayor criminalidad (“se regalaban balas”, comentara después un taxista) llegó a tener a un millar de soldados.
En el programa Libre de prisiones, ideado por la fiscalía de Chihuahua y por el que han pasado más de 16.500 alumnos, Jiménez Zavala comparte espacio con otros homicidas, aunque ninguno se le acerca en nivel de barbarie. Sergio Rodríguez, flaco, pequeño, era un comerciante de comida que un día mató al exnovio de su novia, ahora ex también. Abrazó aquí dentro la religión con la actitud descarnada a la que solo puede llegar un convicto o un drogadicto. “El primer día que nos iban a presentar a Wicked estaba expectante, pero no es como lo esperábamos. No es nada tosco, no es agresivo”, cuenta. “Es uno más”, apunta el convicto Gerardo Medina, trabajador de lunes a viernes en una fábrica en El Paso y asaltante de casas de cambio los fines de semana en territorio mexicano, donde le resultaba más fácil escapar. Su modus operandi rompe el esquema mental de un gringo sureño.
-¿Le gustaría conocer a Javier Sicilia?
-No tengo idea de quién es ese señor.
Tras explicarle que se trata del poeta religioso que dejó de escribir tras el asesinato de su hijo y que ha comandado un movimiento que dignifica a las víctimas y a sus familias, Wicked dice que estaría encantado de verle cara a cara. Sicilia no pudo visitar al asesino de su hijo en prisión. Cuando estaba decidido a preguntarle "por qué" le mostraron un vídeo en el que se le ve cómo tortura y luego posa con la cabeza de una víctima. "Ese hombre ya no pertenece a lo humano", repudió el poeta.
El líder del Movimiento por la Paz, sin embargo, defiende el proceso de reconciliación. "Queramos o no, esos muchachos que están siendo corrompidos por el crimen organizado no eran criminales, hay una responsabilidad del Estado que los abandonó. Vamos a tener que perdonarlos y el proceso va a ser muy doloroso", dijo en una entrevista a este periódico.
¿Es Wicked uno de esos chicos abandonados o no pasa de un ser un desalmado? Da replica: “Creemos los dos en Dios. Yo le diría que sí puede hablar conmigo, que he cambiado, que no soy un monstruo. He hecho cosas horribles pero tengo sentimientos y me arrepiento”. ¿Cuándo surgió esa empatía hacia los demás? “Tengo dos niños, uno de tres y otro de cinco. Yo no era alguien que sintiera mucho pero empezaron a llamarme papá y empecé a jugar con ellos. Me entró culpa y miedo de que vayan andar tras mis pasos”. En prisión ha recibido tratamiento tratamiento psicológico, moldeado el lenguaje y potenciado las creencias religiosas. En ocasiones repite frases, palabra por palabra, que utiliza en los discursos con los estudiantes ("fui de una familia de escasos recursos", "fui a EE UU con la familia con la esperanza de encontrar el sueño americano y fue todo lo contrario).
Carlos Vital. Ese nombre le viene a la cabeza cada cierto tiempo. Era el hermano de su mujer, su cuñado. Lo conoció con ocho años. Jiménez Zavala lo reclutó siendo apenas un adolescente y lo mandaba a misiones que no implicasen mucho riesgo. Un día le pidió que fuera a Zacatecas, otra ciudad del norte, a recoger un dinero pero nunca regresó. “Tengo información de que me lo secuestraron y me lo mataron”. Recuerda aquellos días de violencia: "En esta guerra he perdido familiares, amigos que apenas comenzaban a querer ser como uno y por seguir mis pasos, acabaron mal. Mi madre tiene la dicha de verme vivo".
En cada lóbulo de la oreja tiene un tatuaje. Una carita feliz en la derecha y una carita triste en la izquierda. Hecha con trazos muy sencillos, nada complicados. Es una forma de ver a Wicked, dependiendo del perfil que enseñe. Vida o muerte.


sábado, 19 de octubre de 2013

LA COCA ALGO DE HISTORIA

De la Coca a la Cocaína
1. Una Vieja Historia
La coca, al igual que la papa o el maíz, pertenece, sin duda, al patrimonio cultural del continente americano. Según el excelente estudio "Mama Coca" del etnólogo Antonil, editado en Londres en 1978, sus orígenes se remontan a los comienzos del período postglaciar, cuando el arbusto hoy conocido como «Erythroxylum coca» debe haber sido descubierto en las faldas orientales de los Andes centrales por los pequeños grupos de nómadas que empezaron a poblarlas.
Las más antiguas pruebas arqueológicas del consumo humano de la hoja de coca datan del IV período precerámico, que se extiende desde el año 2.500 hasta el año 1.800 antes de Cristo. La presencia milenaria de la coca en las sociedades andinas también ha sido corroborada por la costumbre ancestral de enterrar a los muertos junto con bolsas de hojas de coca en calidad de viático para el «largo viaje a la eternidad».
Por otra parte, la cerámica de la mayor parte de las culturas precolombinas en abundante testimonio de la práctica masticatoria de la hoja de coca en lo que hoy son Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia ( (1)). Asimismo, la tradición oral nos habla del carácter telúrico de la coca: entre los aymaras de Bolivia aún se transmiten de generación en generación mitos y leyendas acerca del origen del «divino arbusto» en las tierras fértiles del antiguo Kollasuyo.
Aunque aún no está totalmente zanjada la cuestión de si en la antigüedad americana el consumo de la hoja de coca ya era universal o, más bien, estaba restringido a ciertas élites, sí se sabe que en la civilización incaica la coca desempeñó un rol de primera importancia. El Estado la usaba tanto para la diplomacia del Inca (como expresión de amistad o de retribución de servicios) como también en el ceremonial religioso de la corte imperial; igualmente servía como moneda o instrumento general de intercambio, pues se practicaba el trueque de coca por otros productos.
Lo que no parece haber existido es un control o «monopolio» por parte de la casta gobernante sobre el conjunto de la producción, distribución y consumo de la coca por la sencilla razón de que no había medios para ejercerlo en todo el ámbito del gigantesco imperio. Por eso, para asegurar la satisfacción de las necesidades del Estado y el consumo personal de sus funcionarios, la administración incaica no se contentó con imponer a los pueblos conquistados el pago de un tributo en coca, sino que, además de ello, organizó un sistema de producción estatal de coca en plantaciones que pasaron a ser propiedad del Inca; en ocasiones, los propios trabajadores (mitimaes) eran utilizados para «expropiar» las cosechas de las plantaciones no estatales.
Además de las funciones económica, política y social que tenía la coca en la vida pública andina, no cabe duda de que, desde antiguo, también poseía un valor de carácter sagrado, relacionado con el mundo de las creencias religiosas. Así, los cronistas coloniales relatan la costumbre de los aborígenes de echar hojas de coca al suelo, en honor a la Pachamama (Madre Tierra), al iniciar las cosechas o al edificar una casa; o la costumbre de ofrecer algunas hojas al dios Inti (Sol) o al fuego antes de ponerse a coquear.
Cuando sobrevino la invasión española, a comienzos del siglo XVI, la coca no tardó en ser asimilada por la nueva economía colonial. Las plantaciones de propiedad del Inca fueron distribuidas, por «encomienda» de la Corona española, a ciertos colonos y se autorizó el pago de las deudas en hojas de coca. Ya en 1548, dieciocho de los cuarenta y cuatro «encomenderos» de Charcas recibían hojas de coca como parte del tributo que habían impuesto a los indígenas.
En la segunda mitad del siglo se produce un auténtico «boom» de la coca. Su causa principal es, sin duda, la concentración demográfica que se forma en torno a las minas de plata de Potosí: con 120.000 habitantes, Potosí era, en 1573, más grande que Sevilla, Madrid, Roma o París. El descubrimiento de que las virtudes energéticas de la coca aumentaban el rendimiento de los «indios» forzados a trabajar en las minas, a pesar de las condiciones infrahumanas que les impusieron los «conquistadores», condujo a la burocracia colonial española a la conclusión de que, así como «las Indias» no eran nada sin Potosí, la colosal máquina potosina dejaría de funcionar sin la coca.
De este modo se creó un enorme mercado consumidor de la hoja de coca, a razón de 100.000 cestos (de unas 20 libras cada uno) por año. Numerosos colonos empezaron a dedicarse exclusivamente al comercio de la coca, mientras otros abrían nuevas plantaciones para aprovechar la creciente demanda proveniente de las minas. En poco tiempo, el tráfico de la coca se convirtió en un gran negocio y en el origen de fabulosas fortunas, además de ser la segunda fuente de ingresos de la Corona española. En el Cuzco, de donde salía el grueso de la producción con destino a Potosí., cuatrocientos mercaderes españoles engordaban a expensas de la coca y tanto el obispo como el resto de la frondosa jerarquía eclesiástica extraían la mayor parte de sus rentas de los diezmos sobre la coca.
Hacia mediados del siglo XVII, los Yungas de La Paz empiezan a desplazar al Cuzco como principal zona productora de coca durante el coloniaje. En el último cuarto del siglo XVIII, su producción oscila entre los 230.000 y los 300.000 cestos; el 88 % de la misma procede de 341 haciendas, todas ellas propiedad privada de criollos o mestizos. Fue en esa época que, ante la insuficiencia de la mano de obra local, los propietarios empezaron a comprar esclavos africanos en el puerto de Buenos Aires.
Así fue como, durante el coloniaje español, la coca entró a formar parte de una economía de mercado. Pero también se integró en la cultura colonial bajo otras modalidades. Los médicos, por ejemplo, la incorporaron a su farmacopea como medicamento contra el asma, las hemorragias, los dolores de muelas, las fracturas de huesos, los vómitos.. la diarrea, etc. Toda la sociedad colonial terminó haciendo uso de ella bajo la forma de inhalaciones, infusiones o cataplasmas. En cuanto al hábito de su masticación, trabajadores blancos, mestizos y negros también terminaron rindiéndose a sus bondades.
Tras la expulsión del colonialismo español en el primer cuarto del siglo XIX, la coca siguió ocupando un lugar destacado en las costumbres y en la economía de las nuevas naciones andinas. Así, en Bolivia, la producción yungueña sigue batiendo todos los récords: en 1882, sólo 200 haciendas producen más de 200.000 cestos anuales, pero 80 de ellas acaparan el 75%. En la «Sociedad de Propietarios de Yungas» se concentran también los intereses del grupo terrateniente local. Para pertenecer a ella, basta con producir 25 cestos de coca por cosecha; pero el que produce más de 300 tiene doble voto.
Mientras tanto, poco o nada ha cambiado en la vida de los aymaras y quechuas, que siguen siendo la gran mayoría de la población. Reducidos a una extrema pobreza, segregados de la sociedad oficial y carentes de todo poder, su batalla es la de la supervivencia. Y. cuando la paciencia se acaba, la de la rebelión en busca de un mañana mejor. Y en todas ellas también los acompaña la coca.
2. Un Viejo Debate
Si bien la coca forma parte de la riqueza natural y cultura del mundo andino desde la más remota antigüedad, el debate sobre la conveniencia o no de su consumo sólo comenzó con la llegada de las culturas europeas.
Desde los albores mismos del coloniaje, los invasores se pusieron a discutir acaloradamente entre ellos sobre si se debía o no seguir «tolerando» la costumbre universal de usar la coca con que se encontraron en el Perú. Así, mientras el «geopolítico» Juan de Matienzo defendía las virtudes energéticas de la masticación de la coca en nombre de la explotación de la fuerza de trabajo indígena («el zumo de la coca que se meten a la boca les quita parte de la natural pereza y flojedad que tienen», 1567), los oscurantistas del primer Concilio eclesiástico de Lima (1551) condenaban cualquier empleo de la hoja a causa de sus «propiedades satánicas» vinculadas con una religión pagana.
Sin embargo, todos los debates estuvieron viciados desde el comienzo por una limitación inherente a ellos que aún subsiste hasta nuestros días: han sido debates en el seno de las clases dominantes, cuyos miembros (españoles, criollos, mestizos) se enzarzaban en opiniones más o menos enfrentadas sobre la conducta que debían observar los aborígenes, mientras que los verdaderos interesados no tenían ninguna oportunidad de hacer oír sus puntos de vista. Además, desde el momento en que hubo colonos que se pusieron a cultivar y mercadear la coca, toda opinión quedó marcada por el juego de los intereses económicos.
Ese es, sin duda, uno de los factores que más han entorpecido y desfigurado el debate sobre el consumo tradicional de la hoja de coca: la falta de respeto y el colonialismo cultural de que han sido víctimas desde las invasiones europeas todos los habitantes aborígenes del continente americano. Desde los "conquistadores" del siglo XVI hasta los tecnócratas del siglo XX, el punto de vista con que se ha enfocado la cuestión de la coca ha sido casi siempre el punto de vista "colonial".
Así, no sólo en el siglo XVII podían escucharse exabruptos como el del cronista Huaman Poma de Ayala ("No dejan el vicio y la mala costumbre sin provecho, porque quien la toma lo tiene sólo en la boca, ni traga ni lo come") o, en el siglo XVIII, como el del Intendente de Potosí, F. de P. Sanz: "No hay alguno de las castas dichas que empiece a enviciarse en el mascado y jugo de esta hoja que por más ágil, más activo y más laborioso que sea, no empiece a entorpecerse en todo hasta llegar a un estado de estupidez."
En pleno siglo XX, la "Revista Española de Antropología Americana", editada en Madrid (España), daba curso a esta tesis "científica": "El hábito de la coca es uno de los problemas más importantes que existe en los países cuyos aborígenes se hallan entregados al vicio de esta grave toxicomanía que produce estragos y es, quizá, una de las causas principales que tiene sumidos a más de siete millones de indios, mestizos y blancos de América del Sur en un estado de apatía y abulia (...) sin estímulo para adoptar los cambios materiales, el progreso" (núm. 6, 1971, página 179).
Huelgan los comentarios. El carácter neocolonialista cuando no racista de esta visión disfrazada de paternalismo y progresismo salta a la vista. En cambio, los antropólogos opuestos al esquema de visión "colonial" se han preocupado de averiguar primero qué significa la coca hoy en día para los campesinos de Bolivia y Perú. De este modo han descubierto lo que bien podría denominarse una "cultura de la coca"; es decir, han empezado situando el lugar que ocupa la coca dentro del universo cultural indoamericano.
Buena muestra de esta nueva antropología es la obra colectiva de los norteamericanos William Carter y P. Parkerson y de los bolivianos Mauricio Mamani y José Morales, "La coca en Bolivia", editada en La Paz (Bolivia) en 1980. En ella, los autores demuestran, mediante encuestas, que, tanto en el campo, como en la mina o en la ciudad, los aymaras y quechuas de Bolivia siguen masticando coca cuando trabajan, no sólo por razones energéticas, sino también porque el coqueo ya forma parte de las relaciones de trabajo.
La coca, sin embargo. tiene un radio de acción que va más allá de sus virtudes fisiológicas: es un componente fundamental de toda relación social. No hay circunstancia alguna en que se encuentren varias personas, tanto hombres como mujeres, que no sea buena para coquear. No se puede comprar una vaca u otro animal en la feria sin que el presunto. comprador invite previamente al vendedor con un puñado de hojas de coca; una vez entablado el coqueo, sólo entonces se podrá discutir el precio.
Ninguna autoridad local puede recibir la visita de sus bases sin que éstas le ofrezcan coca como primer paso. Igualmente, quien se beneficia de la ayuda de otros para cualquier trabajo (recoger la cosecha o levantar una casa) ha de proveer de hoja de coca a sus cooperantes como gesto mínimo de recompensa.
Sólo ahora se empieza a descubrir y comprender lo que significa la coca para millones de personas. Como dicen los autores de la obra citada, "en ninguna otra parte del mundo encontramos una sustancia tan vital a la integración social como es la coca en las comunidades andinas tradicionales."
Pero aún hay algo más. Independientemente de su connotación de tipo religioso -con las hojas de coca se puede "leer" el futuro o «indagar» en lo desconocido-, la coca desempeña hoy en día también una profunda función sicológica. Se podría decir que el hombre andino encuentra en ella uno de los pocos asideros que le quedan de su identidad cultural. Sometido hasta hace poco a un régimen de servidumbre humillante por el «hombre blanco», manipulado siempre por los amos, patrones, caciques y generales de turno, acorralado y alienado en su propio territorio, el aymara y el quechua (campesino, minero o cargador) encuentra en la coca una especie de «refugio», que le da fuerza para seguir sobreviviendo en medio de tanta adversidad. Mascando coca, afirma su identidad. La coca es su hilo de continuidad histórica como colectividad que no se rinde ante la «civilización» y el «progreso».
Como dice el antropólogo peruano Mayer, «la coca es un poderoso símbolo de identidad y de solidaridad de grupo, que separa claramente a los que están con ellos y los que no. De allí también la frustración e impotencia que la clase dominante siente y que correctamente ve en la coca una de las mayores barreras de penetración y captura de la imaginación indígena. Y es por esto que tenemos violentos ataques a la coca y los exagerados efectos dañinos que supuestamente causaría a la población».
Lo mismo pasa en Bolivia: «La minoría hispánica dominante en Bolivia tiende a ver el consumo de la coca como una cosa sucia, atrasada y, en algunos casos, inclusive como una costumbre peligrosa. Tienen razón al desconfiar de ella, ya que es por medio del ofrecimiento y la aceptación de la coca dentro de las normas tradicionales prescritas que los habitantes de las comunidades indígenas de Bolivia establecen la confianza, excluyen a los forasteros y conservan con orgullo su herencia propia» («La coca en Bolivia»).
3. La Coca en el Banquillo
En 1925, a orillas del apacible lago de Ginebra (Suiza), se reunía la II Conferencia Internacional del Opio en el marco de la Sociedad de las Naciones y declaraba a la coca «nociva para la salud». Como era de esperar, la delegación boliviana se opuso y lo hizo en nombre del consumo popular de la coca en su país. Ciertamente, no lo hizo por solidaridad con la cultura de los pueblos andinos, sino porque los miembros de la delegación no eran más que portavoces de los intereses económicos que defendía la «Sociedad de Propietarios de Yungas».
Durante un cuarto de siglo, los productores bolivianos de coca combatieron el veredicto de la Sociedad de las Naciones argumentando que el uso tradicional de la hoja de coca por parte de los habitantes autóctonos de los Andes no llegaba a rebasar los límites de las defensas orgánicas y destacando, sobre todo, su valor nutritivo en vitaminas. En dos ocasiones (1928 y 1948), los productores patrocinaron sendos estudios sobre los beneficios del consumo de la coca, con el fin de contrarrestar la opinión prevaleciente en la Sociedad de las Naciones.
Pero de poco valieron tales esfuerzos. En 1948, la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU) bajo influencia norteamericana ordenó una investigación sobre la coca y el hábito de su masticación en Perú y Bolivia. Tras visitar ambos países en 1949-1950, la comisión investigadora dictaminó que la masticación de la hoja de coca es «peligrosa para la salud», aunque no es propiamente una toxicomanía. ya que entre sus «efectos perjudiciales» figuran:
a) la «desnutrición», a causa del poder inhibitorio de la sensación de hambre que poseen los jugos de la hoja masticada;
b) «modificaciones desfavorables» de tipo «intelectual y moral»,
c) la «reducción del rendimiento» económico-laboral.
Esta tesis adquirió rango de dogma en el seno de la ONU. Una vez sentada, la comisión procedió a recomendar que, en el plazo máximo de quince años, la producción de la coca sea suprimida. Desde entonces, la coca está sentada en el banquillo de los acusados de la ONU y es objeto, año tras año, de toda clase de deliberaciones e informes a cargo de sus organismos especializados.
¿Por qué tanta saña? Todo había comenzado a fines del siglo pasado, cuando la hoja de la coca empezó a ser utilizada también como materia prima para la elaboración de cocaína con destino a la drogadicción.
Según uno de los informes anuales de la ONU (1973), el uso de la cocaína como droga se extendió ampliamente en Europa y en los Estados Unidos entre 1900 y 1910, para luego casi desaparecer del mercado entre las dos guerras mundiales y aparecer otra vez al terminar la segunda. De ahí la preocupación de la ONU.
Así, por ejemplo, en 1957, la Comisión de Estupefacientes de la ONU se felicitaba de que, según informaciones del gobierno boliviano, «la masticación de la hoja de coca está en camino de desaparecer gracias a la aplicación de la Ley de Reforma Agraria y de la Ley de Reforma Educativa, así como a la integración de todas las clases de la población autóctona a la vida civil de la nación».
Dos años más tarde, sin embargo, la Comisión de Control del Opio ensombrecía el panorama asegurando, en términos confusos, que «la masticación de las hojas de coca es la causa principal del tráfico internacional ilícito, al que también se dirige la fabricación clandestina de cocaína».
En 1963, el Comité Central Permanente del Opio dio el primer grito de alarma: el gobierno de Bolivia no está cumpliendo sus compromisos con la ONU, pues, según datos de la Comisión de Estupefacientes, la producción real de coca no sólo no estaría disminuyendo y tampoco sería de sólo 3.000 Tm. anuales -tal como declaró oficialmente el gobierno de Bolivia en 1962-, sino que llegaría a las 12.000 Tm. anuales, de las cuales sólo la mitad sería utilizada para la masticación, quedando la otra mitad libre para la fabricación clandestina de cocaína.
Bolivia aparecía, pues, así, por primera vez, acusada de estar funcionando como país exportador de cocaína. Ante semejante situación, el gobierno procedió a invitar a una misión especial de la ONU, ante la que se comprometió, en enero de 1964, a:
1) Reducir la producción de coca hasta su extinción total, en el plazo máximo de 25 años;
2) Hacer disminuir el coqueo hasta llegar a su absoluta abolición, utilizando para ello, «por todos los medios, la propaganda contra el hábito de la masticación: libros, escolares, prensa, radio, cine, etc.»;
3) Luchar contra el narcotráfico y la toxicomanía.
En 1965, la ONU se quejaba ante el recién instalado régimen militar en Bolivia de que, quince años después de iniciada la guerra contra la coca, «las seguridades dadas en varias ocasiones anteriores por el gobierno han quedado sin efecto» y de que «hasta ahora no ha recibido ninguna información sobre la aplicación de las medidas cuya ejecución inmediata se había estipulado», expresando su confianza en la voluntad del nuevo gobierno.
A partir de 1968 empezó a funcionar una Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que, desde su primer informe, asumió acríticamente la opinión generalizada de que el coqueo es «un pernicioso hábito arraigado desde hace mucho tiempo entre los indios andinos» y «un problema sanitario local» que «obstaculiza el progreso económico y social de aquella región».
Al mismo tiempo, la JIFE ponía otra vez el dedo en la llaga de la confusión mencionando de paso que «en los últimos años ha habido indicios inequívocos de la intensificación del tráfico ilícito de cocaína». Sin embargo, el estudio de la Comisión de Estupefacientes sobre el tráfico de drogas en el período 1970-1971 no incluye la menor alusión a Bolivia.
En 1971, la JIFE volvió a constatar el fracaso de la política de la ONU en Bolivia («la Junta lamenta profundamente no haber podido lograr, a pesar de los repetidos esfuerzos realizados, la cooperación eficaz de las autoridades nacionales en el cumplimiento de los tratados sobre estupefacientes») y lanzó al mundo dos nuevas tesis:
1) Mientras subsista el coqueo, es imposible evitar la fabricación clandestina dé cocaína, que inundará el mercado internacional,
2) La «comunidad mundial» cree que «la buena vecindad internacional», exige «animar» y «ayudar» a los gobiernos de Perú y Bolivia a que supriman el cultivo organizado del arbusto de la coca.
Siete años después, la JIFE reconocía que «las dimensiones sociales, económicas y políticas de este problema son tales que, a pesar de todas las declaraciones de buenas intenciones, no se ha producido ningún retroceso de los cultivos». Era la confesión de casi treinta años de miopía. Al mismo tiempo, la JIFE daba señales de estar tomando conciencia de que el problema del narcotráfico de cocaína no es un asunto de la coca, sino del mundo de las mafias, cuando planteaba que «sería deseable que los gobiernos (...) se decidan a someter a pesquisas más estrictas los movimientos de capitales vinculados al financiamiento del tráfico internacional de drogas. Esto podría hacer posible la identificación de quienes lo financian, es decir, de sus auténticos organizadores».
Resulta evidente que el punto débil fundamental de la retórica de la ONU radica en la involucración que hace entre dos asuntos diferentes e independientes -el de la masticación de la hoja de coca y el de la elaboración de cocaína para el mercado internacional-, cuya confusión nace del estereotipo que se creó en 1950 a partir del único estudio internacional que se hizo sobre el terreno acerca de la significación del coqueo. Y es que en la ONU también sigue predominando el punto de vista «colonial».
4. La Droga de los Ricos
El proceso que se sigue para la elaboración de la cocaína es el siguiente: se abren en la tierra unos fosos de unos cinco metros de largo por medio metro de profundidad y sus paredes se las reviste con nylon o polietileno. En ellos se vacían los recipientes de hojas de coca, que generalmente son fardos conocidos como «tambores», cubiertos con hojas de plátano.
Las hojas de coca secas son mezcladas en los fosos con ácido sulfúrico diluido en agua, que actúa como disolvente. La masa que se forma es entonces pisoteada hasta que se convierte en una pasta. Acto seguido se le añade kerosene, que hace que el alcaloide suba a la superficie. El jugo es trasladado a unos recipientes adecuados, donde se lo va secando en prensas y al sol. Con ello se ha logrado ya el sulfato de cocaína, también llamado «base» o «pasta básica». Esta pasta puede ser mezclada con tabaco y consumida como cigarrillo («pitillo» o «porro»), pero la dosis de cocaína que inhala el fumador es ínfima.
Una vez obtenida la «base», el proceso generalmente continúa. La pasta de sulfato es lavada para quitarle todas las impurezas. Para esta operación se solía utilizar éter, pero debido a su olor muy fuerte ha sido sustituido por acetona. Una vez lavada la pasta básica, se le añade ácido clorhídrico y se obtiene el producto final: el sulfato se ha convertido en clorhidrato de cocaína, es decir, en cocaína pura.
De 110 kg. de hoja de coca se fabrica 1 kg. de sulfato base; con 2,5 kg. de esta pasta se obtiene 1 kg. de pasta «lavada» y de ésta se puede sacar, dependiendo de la habilidad del químico, más de 600 gr. de cocaína pura. Para que rinda más, se suele mezclar la cocaína pura con polvos de talco o azúcar muy refinada; así, de 1 kg. de cocaína pura puede llegar a sacarse hasta 10 kg. de cocaína adulterada.
La forma de consumo del clorhidrato de cocaína es por aspiración nasal, para lo cual suele utilizarse cualquier instrumento en forma de tubo (por ejemplo, un bolígrafo sin carga interna o un billete enrrollado). Un gramo de cocaína pueda dar para un mínimo de 6 y un máximo de 20 aspiraciones; el efecto de una aspiración por cada fosa nasal suele durar al menos 30 minutos. Pero esto, naturalmente, depende del grado de pureza de la cocaína inhalada.
Es difícil precisar cuál es la dosis de cocaína capaz de producir un efecto específico, no sólo a causa de la falta de información, sino también porque en distintas personas se registran reacciones diferenciadas. Así, una misma dosis puede producir en un individuo un estímulo ligero, mientras que en otro la misma dosis puede crear una reacción paranoide. Algunas experiencias de laboratorio sugieren que la cocaína tomada por vía bucal no produce efectos eufóricos o sólo de forma muy mitigada. En cambio, por vía intravenosa puede ser peligrosa.
Aunque aún no están suficientemente estudiados los efectos de los demás alcaloides que contiene la hoja de coca además de la cocaína, todas las opiniones concuerdan en reconocer que tanto la hoja de coca como la cocaína eliminan o mitigan la fatiga, permitiendo al consumidor entregarse a una actividad fisica determinada por más tiempo y con más energía. A este respecto, ya Freud sentenció: «El uso más importante de la coca continuará siendo el que los indígenas le ha asignado desde hace siglos: convendrá tomarla cada vez que sea importante aumentar por un tiempo limitado la eficacia física del cuerpo, sobre todo cuando no es posible el reposo y la alimentación necesaria para ese exceso de trabajo.»
Pero hay una diferencia sustancial en el consumo de la hoja de coca y de la cocaína. Según el informe de la comisión de la ONU destacada a Perú y Bolivia en 1949-1950, los indígenas de estos países consumen un promedio de 50 a 100 gramos de hoja de coca por día, lo que supone una asimilación de unos 150 a 300 miligramos de cocaína. En cambio, el consumidor de cocaína asimila de 50 a 150 miligramos de cocaína en una sola aspiración y no experimenta una sensación de euforia más que después de varias aspiraciones.
Sin embargo, el consumo repetido y consuetudinario de la cocaína sólo en casos muy raros produce una intoxicación o envenenamiento agudo. Aún con dosis muy fuertes no se llega a la pérdida del control de si mismo. Tampoco produce trastornos sicomotrices (como el alcohol o los barbitúricos) ni consta que, a la larga, cause lesiones cerebrales. Los efectos físicos más frecuentes en adictos crónicos son las úlceras en los tejidos de la membrana nasal y la pérdida de peso por falta de apetito. Los trastornos sicológicos más frecuentes suelen ser el insomnio, la irritabilidad y la ansiedad. Claro está que su uso incontrolado, como cualquier abuso de medicamentos, provoca daños irreparables tales como la destrucción de la membrana nasal, alucinaciones y hasta el colapso físico total.
En cuanto a la dependencia o «seducción» que pueda crear el consumo habitual de la cocaína, los consumidores admiten que, a pesar de su intensidad, el deseo de esta droga no dura mucho tiempo si es que no se la llega a conseguir. Se denomina dependencia al deseo o necesidad irresistible de continuar tomando la droga y de procurársela por todos los medios. La dependencia puede ser física o sicológica. En el primer caso, la ausencia de la droga va acompañada por trastornos somáticos de distinto tipo; si la carencia es brusca, puede ir acompañada de lo que se llama «Síndrome de abstinencia». Esta dependencia física no se da ni en el uso ocasional ni en el consuetudinario de la cocaína.
En cambio, la dependencia sicológica es el resultado de una apreciación personal y totalmente subjetiva de la necesidad de la droga, de tal modo que no todos los consumidores la perciben con la misma intensidad. En este sentido se puede decir que la dependencia que crea la cocaína se parece a la que crea el hábito de fumar en los fumadores: aferrarse al cigarrillo y echarle de menos cuando no se lo tiene en algo puramente sicológico.
Por todo ello, parece equivocado tipificar a la cocaína como narcótico, pues este término designa (de acuerdo a su etimología griega) algo que induce al sueño o causa embotamiento en la mente. No es éste el caso de la cocaína. Al contrario, la cocaína estimula al sistema nervioso central y, al igual que los anfetaminas, mantiene a la mente lúcida y despierta. Tampoco provoca, como los narcóticos, la contracción de las pupilas (miosis), sino más bien su dilatación (midriasis). En general, sus efectos son todo lo contrario de los que provocan los narcóticos como el opio.

Son estas cualidades de la cocaína las que la han convertido en una de las drogas más preciadas en la actualidad, sino en «la» droga por excelencia, valorada ya no sólo en los medios tradicionalmente consumidores de drogas, tales como el mundo del espectáculo y del arte, sino también en los medios empresariales y políticos de Estados Unidos y Europa occidental, donde se ha convertido inclusive en símbolo de distinción y de opulencia. Y, aunque la heroína sigue siendo «la droga del pobre» y la marihuana «la droga de la clase media», es evidente que la cocaína lleva el camino de desplazarlas.